Me flipan los álbumes que tienen muchas capas en la portada. Hay algo precioso en ver cómo cuadran todas juntas y en saber cuándo parar de poner capas y dar la portada por acabada (spoiler alert: es lo que más cuesta).
Así que pensé: ¿cómo puedo hacer la antiportada? No una portada clean and simple, no: quería capas. Quería una portada con pocas capas pero muchas texturas. Y se me ocurrió inspirarme en los dioramas de papel. ¿Sabéis a qué me refiero, no? Esas piezas con imágenes que van recortadas en páginas que se superponen.
Ni se me va a ocurrir llamar a mi portada diorama, pero la inspiración es esa (¡con las maravillas que hace la gente). ¡Y no podría estar más contenta!
Os confieso, aquí hay tres de mis debilidades
Todas tenemos eso que nos encanta y hacia lo que solemos ir casi sin darnos cuenta. Son nuestras debilidades (scraperas). Y estas son las mías:
- Los miniálbumes en acordeón, llamados en el mundo de la encuadernación concertinas.
- Los espacios destruidos y ruinosos, porque salen unas fotos espectaculares.
- Utilizar solamente papel para hacer la decoración, sin ningún otro material (ejem, excepto eyelets).
Como las fotos iban a ser de espacios en ruinas, quise que la decoración contrastara con esta idea, así que se me ocurrió recortar con tijeras esta especie de montañitas, que dan un toque infantil que consigue ese contraste. Para homogeneizar el álbum, he usado este tipo de decoración en todas las páginas, contrastando, de nuevo, el color de fondo con el blanco y negro.
Cómo se hace este mini
Un álbum en concertina tiene una estructura muuuuy sencilla, que se puede complicar tanto como quieras. ¿Sabías que el primer álbum que hice en una demo de feria tenía esta estructura?
Puedes hacerle bolsillos, coser o añadir encuadernación, mixed media… ¡lo que te apetezca! Pero la base es muy sencilla. Mira:
- En uno de los papeles de Artefacto, recorté dos tiras de 10,5cm de alto y todo el ancho del papel.
- En las dos tiras, hice dobleces a 10,5cm, doblando el papel una vez para dentro y otra para fuera. Así que me quedaron dos piezas de acordeón.
- Uní las dos piezas con pegamento para que el álbum tuviera más «páginas», aprovechando para hacer un bolsillo en la piezas de unión. Puedes enganchar tantas piezas como quieras, y el álbum se hará más y más grueso.
Y ya lo tienes. Ahora solo te queda decorarlo, que ya te digo que puede ser infinito.
La portada
Para la portada recorté tres cuadrados de 9,5 x 9,5cm e hice agujeros en el centro más o menos circulares, desgarrando el papel con las manos. Luego pegué un papel encima del otro por los bordes. Y con los trozos de papel que me quedaron de hacer los agujeros, añadí texturas entre las capas de los círculos centrales. Fácil ¿no?
El texto está simplemente grapado por un lado y flotando por el otro. Y el eyelet le da un toque, como siempre.
Los interiores
Si no fuera porque Artefacto es una colección tan colorida y mixmediera, os diría que los interiores son bastante minimalistas:
- Recorté las fotos dejando un trozo de marco blanco, para que resaltara entre tanto color.
- Hice las decoraciones de «montañitas» con el papel blanco y negro del reverso de la portada.
- Y para las páginas en las que el fondo era el gris oscuro de crucecitas: recorté cuadrados de 9,5×9,5cm y los pegué junto con trozos de montañitas para dar color.
Punto pelota.
Falta añadir los textos de cada página, que serán letras de canciones escritas con la máquina de escribir y que hablan de espacios ruinosos. Y entonces estará 100% acabado.
Pero ya ves que Artefacto, como viene con las pinturas ya puestas, da tanto juego que no hace falta que te líes a sacar tus pinturas si no te apetece.
Además, la estructura en acordeón es tan rápida de hacer y permite tantos formatos y tamaños, que es perfecta para hacer un mini álbum de regalo improvisado para el cumpleaños de tu compañera de trabajo, o como recuerdo para regalar a una amiga con la que os fuisteis de finde de playa.
Cuéntanos en comentarios, ¿te gusta este tipo de estructuras para tus álbumes?
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