Este mini es taaaan mono. Tiene una estructura de tapa dura (sí, hay un poquíiiito de cartonaje sencillo) y anillas. Todo comprimido en un espacio de 10x10cm. Además, colores brillantes y veraniegos, por eso da buen rollito. Y con su toquecito mixmedia en el interior, no me digas que no es para comérselo.
Una vez forrada la portada y la contraportada con el papel que elijas y con los ojales a un par de centímetros del borde (a ojímetro va perfecto jijiji), tienes que recortar 2 cuadrados de 9x9cm, que serán dos de las hojas del álbum, y dos rectángulos de 9x18cm que, doblados por la mitad, serán las otras dos hojas. Combina los colores como más te guste. Tomando como plantilla los agujeros de la portada, haz los agujeros de las hojas interiores y ya estará la estructura: fácil, fácil.
¡Y ahora llega el guarreo! Antes de montar las anillas, es mejor decorar cada una de las páginas, aunque para este mini quería aprovechar el propio dibujo del papel y no manché demasiado. Una capa de gesso fina en alguna página, para que el color de los pigmentos sea más intenso. Y pasta de textura y plantillas de estrellas en otras, que sobre el fondo negro de uno de los papeles parece un bonito cielo nocturno. Dos pegatinas rasgadas por la mitad y ya.
Una vez bien seco todo, es hora de sacar la máquina de coser y dar unas puntadas por aquí, un borde cosido por allá y utilizar el zig zag para pegar papeles pero también como parte de la propia decoración. ¡Anda que no queda bonito el cosido! Ya solo falta añadir algunas de las tarjetas de la colección. A mi me gusta pegar cada una de una forma distinta: cosida, arrugada y pegada, utilizando esquineras de foto, rasgando el borde y pegando o creando un pequeño marco con cartulina negra.
Los hilos de los cosidos los corté pero no demasiado. Me encanta cómo forman parte de la decoración del álbum y le dan un toque alocado. Las hojas de libreta de anillas arrancadas son perfectas para escribir recuerdos y memorias encima, y además el borde desgarrado que queda donde estaban las anillas es también una decoración molona que desestructura un poco todo el mini. Pruébalo, es súper fácil.
La verdad es que todo el álbum es sencillito, pero muy muy resultón, ¿no? Solo queda llenarlo de fotos y regalárselo a alguien. Imposible que no arranque una sonrisa.
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