Con estos truquillos, conseguirás que los interiores de tus álbumes estén a la altura de la portada. Para que te queden de «buá, vaaaya pasote!».
Porque has montado un álbum chulísimo. Has clavado la encuadernación ¡y ni te digo la portada! Has hecho solapas, bolsillos, tags y ahora… ¡terror! Uf, sudor frío. Sabes lo que cuesta decidir qué hacer con las fotos. Con lo bien que te ha quedado, ahora no quieres cagarla por culpa de una (mala) idea loca.
Así que aquí van nuestros truquillos
1. Cuando tengas una página con un fondo muy intenso o muy lleno de detalles, resaltarás mucho más tu foto si la pones sobre un fondo blanco. Por ejemplo, un rectángulo de tela con los bordes deshilachados.
2. Prueba a usar grapas para dos cosas: para pegar la foto al fondo que elijas y para dar un toque decorativo con ellas 👌¿Has probado las minigrapas o las de colores?
3. Utiliza un pequeño elemento que rompa con el resto, para dar un toque decorativo. Puede ser un die cut, un texto o simplemente dos trocitos de washi negros, como en la foto.
➕ Y un tip extra, venga: no uses una foto demasiado grande (¡deja margen para que respire!) y ponla siempre recta, que queda mucho más pro. Lo de poner las fotos un poco torcidas no acaba de… tú ya me entiendes.
Ahora guárdate este post para la próxima vez que estés a punto de gritar «¡Y AHORA CÓMO PONGO LA FOTO!» 😂 De nada.
Ah, el álbum de este post está hecho con Metrópolis, que es la colección perfecta para álbumes otoñales.
Y déjanos un comentario contándonos cuál de estos trucos te ha servido más y vas a usar desde ya mismo.
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